
La experiencia fue muy positiva. Lucios, carpas, cangrejos, percasoles... Esta es la vida que se esconde en estas aguas. Los fondos están tapizados de carófitos (plantas acuáticas) y de carbonato cálcico que, con el calor, se disuelve en el agua y forma una niebla muy característica, además de hacer que nuestros trajes salieran del agua completamente blancos.
Lógicamente, no es el mar, pero desde el punto de vista biológico y geológico, las lagunas tienen un interés muy especial por su formación, su composición y por la vida que albergan, lo que las convierte en un destino de buceo muy aconsejable para quien se sienta atraído por estos temas. Así que, si tenéis oportunidad de sumergiros en sus aguas, no lo dudéis y hacedlo. Seguro que os sorprenderán.
Os dejamos unas fotos, cortesía de Manolo, un compañero que se unió al grupo el segundo día de inmersiones. Visita el álbum completo en nuestra galería de imágenes.
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